Los parásitos pueden causar desde dolor de abdomen, de cabeza, diarrea, que puede ser alternada con fases de estreñimiento, anemia, lactantes de bajo peso al normal, y en los peores casos, malnutrición y crecimiento retrasado mental y físico.
Pueden contagiarse por malos hábitos de higiene por lo cual es importantísimo que los niños se laven las manos y las uñas frecuentemente, antes y después de ir al baño.
Las mascotas pueden ser una vía de contagio de los parásitos a los niños, así que es fundamental extremar las condiciones sanitarias en casa.
Si crees que tu niño presenta alguno de estos síntomas debes acudir a un médico, que seguramente hará un estudio de las heces para comprobar la presencia e identificar el tipo de parásitos, y le dará algún medicamento para eliminarlos.